
Con frecuencia al pasear por las calles de mi ciudad me gusta mirar hacia arriba en busca de una perspectiva o encuadre poco usual. Lo más habitual es ir mirando al frente o incluso hacia el suelo. Al tener la suerte de vivir en una ciudad como Palma con edificios realmente hermosos, me recreo en cada paso que doy y disfruto de nuestro paisaje urbano.
Al pensar en como podría compartir esta experiencia, se me ocurren muchas formas; una de ellas es ir en compañía de mi cámara reflex. Mirar y sentir a cada paso lo que el alma de estos edificios trasmite. Si te detienes por un tiempo lo suficientemente extenso puedes incluso transportarte al momento en el que fueron construidos, sentir el olor de los nuevos materiales, escuchar el sonido de los carruajes que paseaban por las calles empedradas, incluso imaginar a los burgueses de la época embutidos en sus flamantes trajes tal y como ilustran los dibujos de los mosaicos que decoran algunas fachadas.
Otra forma de compartir esta pasión es mediante las salidas fotográficas en grupo. Gracias a los «Espais Joves» salimos con frecuencia y tratamos de mirar mucho más allá de lo habitual, nos paramos, observamos, nos damos un tiempo para sentir y captar lo que nos llega, solo entonces hacemos click e inmortalizamos en una imagen ese momento.